Tipometría

Antes de que existieran los sistemas de puntos para medir el cuerpo tipográfico, y desde el comienzo mismo de la imprenta, los impresores europeos utilizaban nombres para referirse al tamaño de los caracteres.
Los términos no respetaban un criterio determinado, algunos respondían a la naturaleza de los impresos que componían, como el misal, breviario o canon, para referirse a los cuerpos utilizados tradicionalmente en este tipo de publicación religiosa. Así, atanasia y San Agustín responden al tamaño de letra utilizado en los primeros libros que trataron sobre San Atanasio y San Agustín. Texto y lectura, por ejemplo, designan a los cuerpos que se utilizaban para los textos principales de obras “para leer”. Los grados menores evocaban directamente el origen orfebre de los grabadores de punzones, como diamante y perla. Parisiena (por parisienne), nomparela (por non pareille) y miñona (de mignone), denotan la influencia francesa en el diseño tipográfico. Cícero remite a una publicación de Cicerón, impresa en Roma, en 1467.
En el año 1764, en su conocida obra Manuel typographique, el tipógrafo francés Pierre Simon Fournier propuso la unificación de los cuerpos tipográficos mediante un sistema de puntos basado en la pulgada francesa. Más tarde, su compatriota Firmín Didot desarrolló la idea de cara a unificar en Europa mediante un patrón único de medida basado en el pie de rey. El punto didot equivale a 0,376 mm., y doce de éstos, a un cícero. Gran Bretaña y Estados Unidos no tomaron este sistema, pero se basaron en él para desarrollar el propio. El punto en el sistema anglosajón –apoyado en la pulgada inglesa– es igual a 0,352 mm., y doce puntos forman una pica. Al ir implementándose los sistemas de puntos en la producción editorial, la antigua jerga fue dejándose a un lado en forma paulatina.

Fuente: Rómulo, Ignacio y Dimas García “La nomenclatura tradicional de los tamaños de las letras”, artículo disponible en http://www.unostiposduros.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario